Clint Hall y Kathy, su esposa, ven interrumpida su luna de miel por la repentina enfermedad de Kathy. De camino en busca de un médico Clint es asaltado. Sin dinero para comprar la medicina, decide intimidar al farmacéutico para que le de lo recetado por el médico. Ante su negativa tiene que forzarle pero le promete que al día siguiente le dará el dinero. Por el camino es detenido por la policía y condenado a nueve años de trabajos forzados. Harto del hambre, la sed, los malos tratos, las penalidades y la violencia, Clin realiza un intento de huida pero falla y la represión del capitán Black, director de la prisión, es terrible. Agotado, moral y físicamente, Clint está a punto de fallecer cuando llega el reconocimiento de su inocencia y de su libertad.